Angie Jackson decidió contar, minuto a minuto, lo que experimentaba al ingerir la píldora RU 486. Lo que ha sorprendido a sus seguidores y a quienes han tenido acceso a los mensajes no es solamente la decisión de contar a todos una experiencia tan íntima, sino algunas de las expresiones empleadas por ella respecto al hijo que moría.
Angie Jackson vive en Florida, está sin empleo y tiene un hijo que nació con deficiencias tras un embarazo de riesgo. Los médicos le dijeron que corría peligro su vida si volvía a quedar encinta, y cuando supo que así había sucedido, decidió abortar.
Recurrió a la píldora RU 486, pero, aficionada como es a la red social Twitter, quiso compartir su experiencia en directo con todos sus seguidores. Quienes, como cuenta este sábado el diario italiano L´Avvenire, comenzaron a recibir mensajes inquietantes.
«Ya no veo la hora de que llegue la expulsión. Este inquilino abusivo que ocupa mi útero debe irse» es uno de ellos, que expresa con una insólita sinceridad el desapego de Angie respecto a su hijo, una vez resuelta a eliminarlo. «Me siento infectada», afirma, tras reconocer su irritación por el fallo del dispositivo intrauterino (ya en sí mismo abortivo) que utilizaba.La mujer explica a sus lectores las razones de su acto: «Lo único que quiero es seguir viva, y el mejor modo de hacerlo es abortar». Pero en otro momento, Jackson va más allá de su caso personal y explica que, dando publicidad al aborto, quiere servir de ejemplo para «desdramatizarlo». A su juicio, «no querer estar embarazada» es motivo suficiente para suprimir un embarazo.
Lo que le ha espantado a ella misma, según confesó, y también a los usuarios de Twitter que recibían sus mensajes, es la frialdad con la que contaba lo que estaba experimentando su cuerpo. «Los calambres son cada vez más persistentes» o «ahora estoy sangrando de verdad» fueron expresiones usadas por Angie que causaron gran revuelo.
Apoyos y críticas
La joven recibió apoyo de grupos abortistas por su acción, pero también ofertas de grupos pro-vida para adoptar el niño e incluso, según cuenta, amenazas de muerte. Ella había anunciado su segundo embarazo en Twitter, comentando su resolución, y por eso el caso fue ganando notoriedad hasta el día en que tomó la píldora y relató las consecuencias.
«Estoy asustada», había advertido antes: «No sé cómo será ni cuánto tiempo estaré mala ni si dispondré de alguna ayuda. Querría tener conmigo una familia.»
@ReligiónenLibertad
Angie Jackson vive en Florida, está sin empleo y tiene un hijo que nació con deficiencias tras un embarazo de riesgo. Los médicos le dijeron que corría peligro su vida si volvía a quedar encinta, y cuando supo que así había sucedido, decidió abortar.
Recurrió a la píldora RU 486, pero, aficionada como es a la red social Twitter, quiso compartir su experiencia en directo con todos sus seguidores. Quienes, como cuenta este sábado el diario italiano L´Avvenire, comenzaron a recibir mensajes inquietantes.
«Ya no veo la hora de que llegue la expulsión. Este inquilino abusivo que ocupa mi útero debe irse» es uno de ellos, que expresa con una insólita sinceridad el desapego de Angie respecto a su hijo, una vez resuelta a eliminarlo. «Me siento infectada», afirma, tras reconocer su irritación por el fallo del dispositivo intrauterino (ya en sí mismo abortivo) que utilizaba.La mujer explica a sus lectores las razones de su acto: «Lo único que quiero es seguir viva, y el mejor modo de hacerlo es abortar». Pero en otro momento, Jackson va más allá de su caso personal y explica que, dando publicidad al aborto, quiere servir de ejemplo para «desdramatizarlo». A su juicio, «no querer estar embarazada» es motivo suficiente para suprimir un embarazo.
Lo que le ha espantado a ella misma, según confesó, y también a los usuarios de Twitter que recibían sus mensajes, es la frialdad con la que contaba lo que estaba experimentando su cuerpo. «Los calambres son cada vez más persistentes» o «ahora estoy sangrando de verdad» fueron expresiones usadas por Angie que causaron gran revuelo.
Apoyos y críticas
La joven recibió apoyo de grupos abortistas por su acción, pero también ofertas de grupos pro-vida para adoptar el niño e incluso, según cuenta, amenazas de muerte. Ella había anunciado su segundo embarazo en Twitter, comentando su resolución, y por eso el caso fue ganando notoriedad hasta el día en que tomó la píldora y relató las consecuencias.
«Estoy asustada», había advertido antes: «No sé cómo será ni cuánto tiempo estaré mala ni si dispondré de alguna ayuda. Querría tener conmigo una familia.»
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1 comentario:
Los principales culpables del aborto no son los abortistas descarados, sino los "antiabortistas" pro vida, blandengues, que tratan con pincitas de oro a la madre bestial.
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