"No es una buena opción lanzar mensajes tan dramáticos como hipócritas ("La barriga es una zona libre de pena de muerte" o "Mamá, no me mates") que pretenden cargar sobre la conciencia de niñas y mujeres, la idea de que el aborto es un asesinato."
REDACCION HO.- Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, diputada socialista, presidenta de la Fundación Mujeres, es la encargada en el PSOE de jalear la política exterior de Zapatero, que a todas luces ha conocido momentos brillantes, en especial desde que ocupa la presidencia temporal de la UE. Valenciano también se dedica a echar una mano cuando truena. Y con el proyecto abortista de su gobierno ha tenido que hacerlo muchas veces.
Su argumentación principal desde hace más de un año es que lo más natural del mundo es el aborto de las crías. A este principio del zapaterismo ha consagrado buena parte de sus esfuerzos digamos "intelectuales", tanto en su blog como en diversas colaboraciones en la prensa de kiosco y en la subvencionada asociación que preside.
A Elena Valenciano, siempre dispuesta a hacer lo que sea por el partido, le debemos una de las manifestaciones más descarnadas de la cínica frialdad con la que los abortistas abordan el exterminio de niños en las menores de edad. Con el título de Niñas: el aborto no es un asesinato, Valenciano proponía en El País el siguiente argumentario socialista para defender el aborto entre las crías de 16 años:
"Aunque muchos padres y madres prefieren pensar que sus hijas no están incluidas en todas estas estadísticas, lo cierto es que muchas chicas de 15, 16 y 17 años mantienen relaciones sexuales y, por tanto, pueden encontrarse con una situación no deseada y, generalmente, traumática a esa edad: un embarazo.
El objetivo de la sociedad adulta, de los poderes públicos, del sistema educativo y, sobre todo, de los padres y madres, debe ser evitarlo. Para ello, existen muchas fórmulas y medios; el fundamental es el diálogo, la conversación sin prejuicios, la información y la existencia de un espacio de confianza y respeto con las adolescentes. Todas esas herramientas son siempre mejorables pero, cuando todo falla y las chicas deciden no seguir adelante, no existe mejor solución que acudir al sistema sanitario, seguro y solvente.
En un momento así, lo que las niñas buscan -y necesitan- es apoyo y cariño. Lo mejor para ellas, sin duda, es encontrarlo en su familia. Pero, desgraciadamente, no siempre es posible... Existe un reducido número que jamás lo dirá en casa por distintos -y, muchas veces, poderosos- motivos. Para esas jóvenes, las que se encuentran más solas y son más vulnerables, está pensada la medida que reforma la Ley de Autonomía del Paciente, resolviendo que no sea determinante el acuerdo paterno.
Si no es así, ¿qué alternativa tenemos?, ¿es, acaso, razonable mantener que las chicas no tengan capacidad para decidir abortar y sí para decidir ser madres -sin consultarlo, tampoco-? ¿Es preferible que por miedo, o por falta de recursos a su alcance, se vean abocadas a proseguir un embarazo que no desean? ¿O las dejamos, solas, buscar una salida clandestina para interrumpir la gestación?
Tampoco es una buena opción lanzar mensajes tan dramáticos como hipócritas ("La barriga es una zona libre de pena de muerte" o "Mamá, no me mates") que pretenden cargar sobre la conciencia de niñas y mujeres, la idea de que el aborto es un asesinato.
Imaginemos que una chica de 16 años se queda embarazada sin haberlo querido y que, tras pensarlo, decide abortar en los plazos y supuestos que establece la ley, ¿no es cruel que, además, tenga que cargar con la fe o las creencias de otros, con la presión exagerada de aquellos que siempre han negado a las mujeres la posibilidad de elegir? Porque de eso se trata: de que las niñas y las adolescentes reciban una educación, una atención y un mensaje de toda la sociedad que rompa con siglos de miedo y dependencia y, a cambio, les ofrezcamos seguridad y autonomía, los mejores instrumentos para la responsabilidad y para la libertad."
@HazteOir.org
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