El empresario lucense pasó dos meses en prisión porque le imputan un delito de inducción al aborto
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo acordó la puesta en libertad del empresario lucense Ricardo Luis Lago Torres que se encontraba encarcelado en Bonxe como consecuencia de las investigaciones que lleva a cabo la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de la capital lucense. El alto tribunal no tuvo en cuenta ni la opinión de la instructora, ni tampoco la del fiscal que reclamaban la continuidad en prisión de este conocido industrial de la capital lucense. Otro de los encarcelados por el caso, sin embargo, seguirá entre rejas.
De acuerdo con diversas fuentes, el empresario abandonó ayer la cárcel de Bonxe en la que se encontraba desde principios del pasado mes de noviembre. Lago permaneció en una unidad especial y, durante su estancia en la prisión, recibió gran cantidad de visitas.
El industrial se encontraba en prisión por decisión de la jueza que entendió que había incurrido en un presunto delito de inducción al aborto. Según diversas fuentes, a través de una tercera persona relacionada con uno de los clubes de alterne que se encuentran precintados, supuestamente amenazó a una joven trabajadora de uno de los establecimientos para que abortara. La joven se negaba a hacerlo porque deseaba tener al bebé.
La víctima efectuó, según señalaron diversas fuentes, una desgarradora declaración de la situación a la que fue sometida dentro de la trama de los burdeles. Quedarse embarazada les ocasionaba a sus supuestos explotadores un grave problema: no podía acudir a trabajar y, además, suponía un riesgo porque podía crear algún problema. La clave pasaba por privarla de tener la criatura y, para ello, supuestamente la organización entró en contacto con el ginecólogo Carlos Abuín Mosteiriz. La jueza también encarceló en su momento a este profesional por entender que fue quien realizó el aborto en contra de la opinión de la muchacha.
La joven dijo haber sido sometida a una verdadera tortura ya no solo de tipo psicológico, al ser víctima de las amenazas, sino también física porque el aborto, en su opinión, fue un acto más propio de una carnicería que de una consulta ginecológica.
Cuando le hicieron la operación, supuestamte varios aparatos no funcionaban y otros se encontraban en condiciones muy deficientes; tanto es así que la persona que ayudaba al ginecólogo, tenía que accionar algunos útiles para que funcionaran, de acuerdo con lo que en su día manifestó la víctima.
Otra decisión polémica
Lo mismo que ocurrió en su momento cuando el tribunal optó por la liberación del ginecólogo, la decisión de excarcelar a Ricardo Lago motivó polémica en algunos sectores. El fiscal se había mostrado firme partidario de que el empresario siguiese en prisión, entre otras razones para evitar la posible destrucción o desaparición de pruebas. Además, entendía que no procedía la puesta en libertad teniendo en cuenta que las diligencias se encuentran todavía bajo secreto de sumario.
En círculos próximos al empresario, la liberación la aguardaban desde hacía tiempo entre otras razones porque entendían que no había una razón de peso y prueba contundente como para establecer la prisión. Asimismo expresaron que la libertad debía producirse al no existir ningún tipo de riesgo de fuga por tratarse de una persona plenamente asentada en Lugo y con un destacado negocio.
No queda actualmente en prisión ninguna persona relacionada con los abortos. De acuerdo con algunas informaciones, Ricardo Lago deberá comparecer de forma periódica en los juzgados lucenses.
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1 comentario:
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