El papa Benedicto XVI criticó hoy a los grupos que promueven el aborto "como control de la natalidad y lo presentan como una terapia de la salud materna".
"Resulta irónico que algunos grupos, a través de programas de ayuda, promueven el aborto como una terapia de salud materna. Se trata de acabar con una vida para supuestamente mejorar la calidad de vida", afirmó el Papa en el discurso que dirigió hoy al nuevo embajador de Australia ante la Santa Sede, Timothy Andrew Fischer, que presentó sus cartas credencial.
Benedicto XVI destacó la labor que la Iglesia Católica realiza a través de órdenes religiosas y organismos eclesiásticos en el sector sanitario en países pobres donde el estado no llega a cubrir todo el territorio y subrayó que ofrece servicios ginecológicos "de alta calidad" para atender a las necesidades de las mujeres.
El Papa Ratzinger acusó el pasado año a las agencias internacionales de promover el aborto en África y subrayó que para la Iglesia católica "esta destrucción directa de una vida inocente humana nunca puede ser justificada".
Aunque el Pontífice no dio ningún nombre sobre las "agencias", y organizaciones internacionales, en los últimos años el Vaticano criticó a Amnistía Internacional (AI) por "defender el derecho de la mujer a abortar en caso de violación".
AI lo desmintió categóricamente, señalando que lo que sí defiende es el derecho de la mujer a decidir "libre de temor, amenaza y coerción" sobre "las eventuales consecuencias de la violación y otras graves violaciones de sus derechos humanos".
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