Alicia Latorre, presidenta de la Federación de Asociaciones Provida de España y también maestra, enfermera y madre de familia, responde a LA GACETA.
Santiago Mata
Conquense de 1962, Alicia Latorre es maestra, enfermera y madre de familia. Lleva 15 años trabajando en una de las 26 asociaciones de la Federación Provida, que preside desde hace dos años y medio. Está segura de que, si hay compromiso, la batalla en defensa de la vida humana se ganará.
¿Cuáles han sido sus mejores experiencias?
Conseguir que una mujer que tenía pensado abortar siga adelante con su embarazo; ver cómo personas que han tenido una manera de ver la vida que les ha llevado al sufrimiento tienen esperanza, empiezan un nuevo rumbo y que esa criatura les cambia la vida para bien; conocer a mujeres que han sufrido abortos, están arrepentidas y que son ejemplares en muchos aspectos.
¿Y qué lamenta?
La indiferencia social. Ahora está habiendo iniciativas muy buenas, pero durante muchísimos años hemos experimentado una inmensa soledad y una falta de conciencia ante el problema de tantas mujeres. Hemos ido viendo deteriorarse el ambiente social y dar por buenas situaciones o hábitos que no lo son para la persona y le hacen sufrir.
¿Es optimista ante el futuro?
Nos parecía que la cosa estaba ya muy mal y hemos visto que puede empeorar todavía más. Las cosas están cambiando para bien porque se está tomando conciencia, y la sociedad mejora en la medida en que las personas mejoran, ha habido pasos positivos por el hecho de que podamos hablar de este tema. Queda mucho silencio por parte de muchos medios de comunicación, mucha mentira, mucho camuflar con el lenguaje realidades que son inaceptables. Estoy convencida de que esta es una batalla que vamos a ganar.
El aborto da dinero. ¿Es rentable invertir por la vida?
Ahora mismo están saturados los centros de acogida para madres embarazadas. A quien quiera invertir, le pediría que lo hiciera en publicidad. La vida se vende por sí sola, lo único que hace falta es que haya quien quiera poner esa información veraz sobre la mesa. El dinero sería necesario para plantes de apoyo a las embarazadas, para buenas campañas publicitarias, para que se investigara todo el negocio sucio, las muchas tramas que hay detrás del aborto. Veo importantísimo a nivel educativo fomentar el inmenso respeto a la vida y al acto que puede generar una vida en los jóvenes y en los no tan jóvenes. Dedicar campañas a proponer un nuevo estilo de vida. Las iniciativas en torno a la Ley Aído en España tienen que cuajar en que muchas personas se asocien, estén realmente comprometidos en un trabajo directo. También en donativos, pues es de justicia. Si no, será mucho menos eficaz.
¿Se ha notado aumento de socios en Provida?
En la parte asistencial no hemos notado un cambio importante. Ha habido iniciativas, algún donativo, pero no muchos más socios. Estoy segura de que la gente, cuando sea más consciente, también se implicará más.
Pesan los prejuicios sociales respecto a la adopción?
Hay personas que rechazan más la adopción que el aborto. Ahí hay mucho que trabajar, porque una adopción bien llevada da oportunidad principalmente a los hijos de tener unos padres; y también a muchos padres, que tienen la capacidad y el cariño suficientes para cuidarlos. Así se evitarían muchísimos abortos. Es una medida justa, de solidaridad.
¿Y los prejuicios contra los defensores de la vida?
Si fuéramos capaces de romper esos prejuicios y los que defendemos la vida transmitiéramos con toda su congruencia, con toda su riqueza, el mensaje, creo que la vida triunfaría, porque veríamos que aquí no se va contra nadie, sino que entre todos buscamos lo que es mejor para cada cual individualmente y para la sociedad.
Si la nueva ley hace del aborto un derecho, 'dignificará' lo que hacen los abortistas?
Todos nos vamos a dormir con nuestra conciencia y tarde o temprano pasa factura. Un acto cualquiera no es digno por lo que diga la ley, sino si está de acuerdo con esa ley que todos llevamos en nuestro corazón. En nombre de mayorías se han hecho las mayores barbaridades, un mal no deja de serlo porque una ley lo pretenda convertir en bien.
Aído y compañía dan la impresión de creer que hacen algo bueno...
Me da lástima que con prejuicios se pueda oscurecer tanto una mente y un corazón por intereses políticos, para utilizar el poder no en pro del bien común sino al servicio de una ideología. Los cargos políticos pasan, también el de una ministra, pero las consecuencias de sus actos, en especial las relativas a los derechos humanos, a la dignidad de las personas, permanecen. Uno de nuestros objetivos es que la vida humana sea innegociable, que no esté al arbitrio de quien gobierne, deben ser principios que todos aceptamos. Estas personas dudo que piensen que están haciendo un bien. No son conscientes o no lo quieren ser, de lo que están haciendo, y tienen un claro proyecto político y otros intereses que priman más que el bien común y los derechos humanos.
Una sinfonía por la vida
Bajo el lema "Concienciación. Una sinfonía por la vida" se celebrará del 6 al 8 de noviembre el IV Congreso Internacional Provida. Alicia Latorre asegura que será "un momento ideal para buscar un compromiso mayor", al coincidir su preparación con la de la gran manifestación que bajo el lema "Cada vida importa" convocan más de 40 entidades el 17 de octubre. El IV Congreso Internacional Provida ha emprendido también la iniciativa de encender en las calles de Zaragoza 1.500.000 velas "en recuerdo de los niños abortados en España. Queremos que ellos y sus madres, con todo nuestro cariño, estén presentes"
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