Cuando no hay voluntad de escuchar, ni a las asociaciones provida, ni a científicos, ni a nadie que defienda el derecho a la vida, y que prevalezca este derecho sobre una política supeditada a la muerte, el resultado no puede ser otro que el rechazar la pretensión de los grupos provida.
Y es normal, una jovencita defensora de las clínicas abortistas, de las mafias criminales que promueven los abortos; una joven política que dedica su tiempo, no a intentar salvar vidas, sino justo lo contrario, asesinar a las más inocentes, a las que no tienen más defensa ni más voz que las que les prestan los grupos provida, nunca podrá entender porqué nos mostramos contrarios a cualquier tipo de aborto.
Esa jovencita ve al feto como si le hubiera salido un tumor, y piensa tan solo en extirparlo sin parase en otras conjeturas. En realidad, esa jovencita, esa ministra, es tan responsable de los asesinatos de nasciturus como los "profesionales" de la muerte que se dedican a matar en vez de salvar.
Esa jovencita, esa ministra, se sentó a una mesa con nuestros compañeros provida tan solo por protocolo, por necesidad de que no la acusaran de discriminar a quien se presenta contrario a cualquier tipo de aborto, pero hubiera dado igual que en esa reunión se hubiera mantenido escuchando música con los cascos puestos, pues nada de las razones de los grupos provida fueron escuchadas; oidas si, escuchadas, desde luego que no.
EFE
El Gobierno recibió ayer a los grupos pro-vida y a los firmantes del Manifiesto de Madrid, catedráticos y científicos contrarios al aborto, para cerrar la ronda de contactos previos a la reforma de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y para constatar también que, aun en un debate sosegado, les separa un muro infranqueable.
Las organizaciones antiabortistas persiguen la prohibición de todo aborto, incluso los ahora amparados por la ley vigente desde 1985. Una marcha atrás inadmisible a estas alturas, dijo la ministra de Igualdad. «Ellos quieren retroceder y el Gobierno quiere avanzar» hacia una ley «con más garantías», resumió Bibiana Aído tras su entrevista con representantes de la Federación de Asociaciones Provida.
En la última jornada de su ronda de contactos con los principales interlocutores en materia de aborto, clínicas abortistas, grupos anti, feministas, asociaciones de discapacitados, etc, la titular de Igualdad se reafirmó en los postulados que guiarán la futura ley.
Será una norma más garantista para las mujeres que decidan abortar y para los profesionales que practiquen legalmente la intervención, sin los atajos y «arbitrariedades» que facilita el texto actual.
«Fijaremos límites donde ahora no los hay», recalcó Aído, en alusión a que, fuera del plazo de aborto libre, se pondrá un tope temporal en torno a 22 semanas.
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